domingo, 14 de octubre de 2018

El Orinoco en Ciudad Bolívar luego de la creciente histórica del 2018


El Orinoco desde el Mirador Angostura
Calma en un remanso del río, al fondo Paseo Orinoco de Ciudad Bolívar
El Paseo Orinoco en septiembre del 2018
Aunque no ocurrieron las tan anunciadas catástrofes ni daños apocalípticos como consecuencia de la creciente del río Orinoco de este año 2018, su nuevo registro de máxima histórica resultó extraordinario y sin parangón. 
Impetuoso el Orinoco al acercarse a su canal más estrecho frente a Ciudad Bolívar
Desde que se tienen registros detallados del nivel del Río Padre frente a Ciudad Bolívar, hace casi un siglo, el Orinoco no había escalado ni siquiera aproximado hasta la cota máxima de este año, que fue 18 metros con 34 centímetros, más de 30 centímetros que su altura máxima histórica, que era 18 metros con 3 centímetros(ocurrida ambas en agosto de 1943 y 1976). 
Así que como ninguna otra generación reciente fuimos testigos de un evento muy singular y extraordinario, que nos mostró la fuerza de la naturaleza, cuando ésta desborda literalmente su comportamiento normal. 

sábado, 28 de julio de 2018

Balance de Creciente del Orinoco al 16 de agosto de 2018. Orinoco subió 2 centímetros frente a Ciudad Bolívar. Alcanzó nuevo registro histórico de 18,06 metros sobre el Nivel del Mar. Autoridades mantienen Alerta Roja (anexamos datos sobre nivel del río al 18 de agosto)

Hidrograma del Orinoco frente a Ciudad Bolívar, la raya roja muestra su actual comportamiento, nivel sobre el nivel del mar, desde enero hasta el 16 de agosto de 2018.
En Ciudad Bolívar el río Orinoco desde el 27 de julio hasta el jueves 16 de agosto ha tenido un notable crecimiento en su caudal y nivel frente a la histórica Angostura, que se refleja en un ascenso de sus aguas superior a los 95 centímetros. En tal sentido debemos destacar que de acuerdo al último boletín del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología correspondiente al 16/08/2018 el Orinoco ya logró ascender a la cota 18 metros con 6 centímetros sobre el nivel del mar frente a la capital del estado Bolívar. Un registro de nivel que supera en 1 centímetro la cota 18,05 metros, registro que tanto en 1943 como en 1976 fueron reportadas como las máximas crecientes históricas del Río Padre en el pasado siglo XX. Este nivel del 16 de agosto es por ahora el máximo histórico anual del Orinoco. (IMPORTANTE DESTACAR QUE ESTA CORRECCIÓN DEL HISTÓRICO ANTERIOR DE 18,03 A 18,05 METROS LA REALIZÓ EL INAMEH EN EL BOLETÍN DEL 16 DE AGOSTO DE 2018, NO OBSTANTE HAY QUE PRECISAR QUE DE ACUERDO A LOS REGISTROS HEMEROGRÁFICOS CORRESPONDIENTES AL AÑO 1976 EL NIVEL MÁXIMO INFORMADO EFECTIVAMENTE FUE 18,03 METROS Y NO 18,05). Se mantiene  desde el pasado domingo 12 de agosto la ALERTA ROJA en este sector del Orinoco, luego de que ese día el río alcanzase la cota 18 msnm, superior en un metro al nivel de desborde del río.
El referido boletín del 16 de agosto en tal sentido indica que el nivel del Orinoco frente a Ciudad Bolívar  "es de 18,06 msnm y para el 15/08/2018 fue de 18,04 msnm,subiendo 0,02 metros con respecto al día anterior. El nivel se encuentra 0,06 metros por encima del nivel máximo del día, 4,81 metros por encima del nivel mínimo del día y 2,18 metros por encima del nivel medio. Para la fecha se registra un nuevo Máximo Histórico en la estación Orinoco Ciudad Bolívar, pues el Nivel supera el valor registrado en julio de 1976 de 18,05 msnm". (NOTA: En 1976 el máximo histórico se alcanzó comenzando agosto no en julio)

martes, 24 de julio de 2018

Atardecer Turismo y Faena de Pesca en el Orinoco de la antigua Angostura del Río Ciudad Bolívar

Aglomeración humana observando corriente y pescadores
El Orinoco en creciente todo un espectáculo frente a Ciudad Bolívar.


Faena de pesca, equilibrio y destreza en el manejo de las atarrayas
Entrando ya en la última semana del mes de julio, a escasos días de su creciente máxima anual, el Río Padre, el Orinoco se convierte una vez más en el principal protagonista escénico de la histórica Ciudad Bolívar. Frente su Paseo malecón homónimo los atardeceres se llenan de turistas nacionales y foráneos, que con asombro y  expectación contemplan su corriente impetuosa, cada vez más caudalosa en cuanto el río se aproxima a su canal más estrecho frente al Mirador Angostura.

martes, 10 de julio de 2018

Intensas lluvias provocan temprana apertura de compuertas de Guri Caruachi y Macagua.

Luego de un año 2017 de intensas y continua lluvias el 2018 se ha mantenido como otro año de registros elevados de precipitaciones, con una temporada de sequía muy breve, que no afectó con intensidad el caudal de las corrientes fluviales ni provocó mayores impactos  negativos en la vegetación. Salvo durante la mitad de marzo y la primera semana de abril se produjeron algunos incendios forestales muy focalizados en pequeñas áreas del estado Bolívar y el descenso de nivel de los grandes ríos Guayaneses fue poco significativo
Abiertas las compuertas así se muestra el Caroní en Macagua
Como consecuencia de este suave verano el embalse de Guri para inicio de junio se aproximó rápidamente a su máximo volumen y después del 15 de junio hubo necesidad de iniciar el alivio de este cuerpo de agua, mediante la apertura de las compuertas de la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar de Guri, y la consecuente activación  de los aliviaderos de Caruachi y Macagua. (La cota máxima operativa de Guri es 271 metros sobre el nivel del mar).
Debido a esta anormal creciente del Caroní  los habitantes de las partes bajas inundables de San Félix y Puerto Ordaz comienzan a sentir las primeras secuelas generadas por apertura de compuertas de la red de embalses del río, igualmente las autoridades han declarado la Alerta Naranja ante la eventualidad de que para finales de julio y agosto tanto el Caroní como el Orinoco se acerquen a sus máximos históricos, con toda las consecuencias y riesgos que ello pueda implicar para las familias que habitan en las zonas inundables de Ciudad Guayana. De hecho tal como se evidencia en el video oficial de la Gobernación de Bolívar las autoridades están evaluando para esta segunda semana de julio la posibilidad de restringir el acceso de turistas a algunos miradores cercanos a la línea de costa de los parques La Llovizna y Cachamay.

sábado, 7 de julio de 2018

Upata Cumpleañera: 256 años de la fundación de la Villa del Yocoima

Upata desde las alturas, el cerro El Corozo en primer plano
Upata desde el cerro El Toro
Capilla de San José fte al Mercado Municipal de Upata


Plaza Bolívar, Iglesia San Antonio de Padua y viejas casonas del casco histórico


Zona comercial de Upata
7 de julio de 1762 fue la fecha de fundación oficial de la Villa de Españoles que el entonces Imperio Hispánico denominó Upata, en tributo a esta expresión linguística de los indígenas guayanos, que hace referencia a Mi Tierra Nuestra Tierra Mi Terruño Mi Territorio de Vida. 

jueves, 24 de mayo de 2018

Chaguaramos en Upata

CHAGUARAMO

Torre altiva, guardián del viento
Largo fuste que estira su cuello
Mientras tu cabellera se moja
Con las primeras gotas del rocío.
No quieres oír las hipócritas palabras
Que se revuelcan por el suelo
Y que engañan incautos, mientras asestan su mordida.
Atalaya que atisba los primeros rayos del sol
Y el último, que otea el ocaso y sus  penumbras
Vigilas cada instante que la tierra gira
Sobre su propio eje
Y atrapas los sueños de alto vuelo
Atrapasueño celeste.
Paciente ser que escuchas
Voces lejanas de lluvias
Cha Cha Cha llevas el ritmo en tu sonoro nombre
El agua se esconde entre letras insomnes
Y las ramas circundan tu copa
Como cabelleras de antiguos guerreros
Que perpetúan su nombre
Sobre la madre tierra
Daniel Ruiz/Upata 2020
 
Los tres chaguaramos que adornaban la Plaza Bolívar ya no existen...
Chaguaramo solitario en la Plaza del Ejército
Una de las palmas más vistosas e imponente por su altura y elegancia, es sin duda el chaguaramo, sobre todo cuando es transplantado en filas, y ofrece a la vista un impresionante espectáculo, tanto por la forma elegante de su tallo, hojas y frutos, como por la altura que puede alcanzar.
En Upata el chaguaramo es una planta exótica, no tan abundante, no obstante tenemos algunos ejemplares que destacan en el paisaje urbano, de sus barrios y urbanizaciones, muy vistososos en su tiempo los recientemente desaparecidos de la Plaza Bolívar frente a la Iglesia, atacados por feroz plaga, y al final talados. 
También tenemos chaguaramos en la Plaza de El Ejército, en Santo Domingo, en Sierra III, en la UEN Morales Marcano, en la calle que enlaza la plaza Van Prag con el barrio Maturín, y en el liceo Tavera Acosta, los inmensos y ocultos chaguaramos que se ocultan  en el valle central del cerro El Toro, y otros que se alzan en áreas verdes rurales de la ciudad. 
 
Notables por su llamativa línea visual son los chaguaramos que adornan uno de los caños de la carretera Upata El Manteco, entre Tagroima y Santa Inés. 
 
El cálido clima de Upata, quizás sus suelos ácidos, y sus condiciones atmosféricas, no le son propicias al chaguaramo, que a diferencia de otras zonas del país- como los valles de la Cordillera de la Costa, o piedemontes al Norte del Orinoco- aquí no alcanzan el notable desarrollo y elegancia que allá exhiben, por el contrario suelen ser atacados con ferocidad por plagas y parásitos, que limitan su crecimiento y su natural belleza.
Otro chaguaramo, en la UEN Morales Marcano

Esta palma cuyo nombre científico es Roystonea oleracea, es una especie originaria de las Antillas menores y el norte de Suramérica. Es una planta de gran porte, de hasta 40 m de altura y muy apreciada por su gran valor ornamental por lo cual ha sido cultivada en muchos países. En Venezuela es el árbol emblemático del estado  Yaracuy, donde crece de manera espectacular y es muy abundante, destacan también los imponentes chaguaramos de los valles de Aragua, los de la hacienda Santa Teresa de El Consejo plantados en las fértiles áreas de cultivo de la caña de azúcar o los chaguaramos que prodigiosamente han sido transplantados en avenidas, parques, plazas y jardines de la ciudad capital del país Caracas, donde hasta una urbanización fue bautizada con este sonoro nombre.
Pocas historias, leyendas o crónicas tenemos en Upata sobre esta planta, más allá de su llamativo porte, tampoco hay referencias escritas sobre cómo fue su proceso de introducción en el valle, quién plantó por vez primera la especie en nuestro valle. No obstante existen otras variedades de palmas muy semejantes, que han sido plantadas en jardines de quintas y parques, que configuran en su conjunto una muestra representativa de cómo las vistosas palmeras del trópico por su vistoso porte puede alcanzar un sitial importante dentro de los planes de ornato y arborización de la ciudad de Upata. Es una tarea pendiente en los planes de mejoramiento urbano de nuestro verde valle.
En el liceo Tavera Acosta

En Sierra III entre calle 5 y 24 de julio.

En el Mercado Bicentenario


domingo, 1 de abril de 2018

Relieves colinosos entre Cerro Guacamayo y Cerro Machí

Cerro Machí al Norte de la antigua finca El Moriche, en jurisdicción del municipio Piar.
Desde las sabanas de Santa Bárbara de Roscio sobresale la silueta del Cerro Guacamayo.

Colinas, suaves pendientes y pequeño valles con bosques de galería
Al sureste de Upata la suavidad de los paisajes de sabana de la región de Carichapo da paso a formaciones de relieves más sinuosos, donde el horizonte es cortado por laderas, colinas, valles, que le dan al paisaje un carácter más abrupto, en la zona en donde convergen algunos de los cerros más elevados de este sector del Macizo de Guayana, que geológicamente pertenece a la Formación Pastora. 
Chaparrales, al fondo Cerro Machí.
Se trata de un amplio espacio de bosques de galerías, sabanas de chaparros, colinas, penillanuras, bajíos, alguos humedales aislados, y sistemas de relieves más elevados que tienen en los cerros Guacamayo, Machí, Cume, Los Jiménez, Teu Teu, entre otros, sus topos de mayor altitud. 
En estos valles y peniplanicies, la tradición de siglos ha sido la ganadería extensiva, que se mantiene desde la época de la llegada de los capuchinos catalanes a mediados del siglo XVIII, como la actividad económica fundamental de sus pobladores.

sábado, 31 de marzo de 2018

Fotografías y episodios de Mi Tierra. Upata y naturaleza en imágenes

Crepúsculo con Sol de los Venados
Plazoleta de la Unidad Educativa Morales Marcano
Tras la brevedad de la captura de una imagen se esconden contenidos, impresiones, mensajes, y la sorprendente variedad de colores y episodios que conforman la cotidianidad de nuestro universo. Upata, sus parajes, sus animales, su árboles, su gente, sus construcciones, desde las más sencillas o humildes hasta las más complejas, sus patrimonios históricos, sus recodos, todo ello configura parte de ese microcosmo citadino pueblerino urbano rural, que nos debe mover al orgullo y  la alegría, a la reflexión y por qué no al conocimiento de lo real; lo que está allí al alcance de nuestros sentidos, pero que por la circunstancia del día a día del trajín laboral y la rutina de la supervivencia o la diversión fácil, no valoramos y disfrutamos en su justa medida. 

En Upata los cujíes no lloran de dolor sino de ausencia

Cují en floración en paisaje lagunero en sector San Lorenzo de Upata
El cují Acacia macrocantha es otro habitante emblemático de Upata. Es común en las sabanas arenosas que se abren al Este del valle del Yocoima y en las zonas pedregosas y de baja precipitación donde no se dan condiciones para el desarrollo de los bosques medios, o de otros ecosistemas húmedos, el cují está presente alternando su copa robusta pero no tan alta, como compañero de otras leguminosas igual de abundantes en la zona como el dividive y el yacuare, o alternado con los también comunes guásimos. Pero también se desarrolla bien en la cercanía de tapones y humedales, en los terraplenes o zonas más secas de protección de estos reservorios de agua, donde exhibe igualmente su porte y verdor, con más intensidad que en terrenos más áridos.
Cují en terreno cercano a la Perimetral de Upata, en callejón de entrada a los sectores La Milagrosa y Las Tablitas.

El cují sobresale por la extrema pequeñez de los foliolos de sus hojas parinpimnadas, y por la abundancia de espinas, alargadas y gruesas en la base,  además de su no tan llamativa flor amarilla en copo o tipo cabezuela, que le es característica, y por su fruto en vaina de unos 4 centímetros, alargado pero relativamente irregular en su forma. Crece entre 4 y 6 metros por lo general, aunque hay ejemplares que se elevan hasta los 8 metros, es orginaria de América Central, el Caribe y Sudamérica, donde se le localiza hasta el norte de Argentina y sur de Perú. Tiene algunos componentes tóxicos, en sus hojas, corteza, raíces, pero a sus espinas se le da uso medicinal para combatir las afecciones dentales, dolor de muelas, dientes y encías. Sus hojas son un excelente abono natural, y constituye alimento para algunos animales. En zonas rurales donde abunda tiene uso como leña y hasta para trabajos de carpintería. 
Esta especie botánica de la familia de las Fabaceae y de la subfamilia de las Mimosoideae  como ya señalamos tiene las flores pequeñas y redondeadas o globosas, lo que lo diferencia notablemente del «cují yaque» un pariente cercano de la misma familia de las leguminosas, que tiene las flores alargadas y colgantes de amarillo a crema, dispuestas en racimo cilíndrico espigada de hasta 5 centímetros, que por cierto no es propia de Guayana. El cují nuestro guayanés el Acacia macrocantha, que es el que hemos visualizado en la periferia de la ciudad de Upata, y que es típico de las zonas rurales, donde abunda sobre todo a los costados de caminos y de las lagunas, abrevaderos y tapones, donde proporcionan sombra al ganado. 
Cují a un costado de la quebrada de El Caballo

Si bien no es un árbol o arbusto de sombra de gran tamaño, o típico como lo puede ser el mango, el samán o el mamón, el cují en las sabanas resecas de Upata, al Este de la ciudad, solía ser refugio de los jóvenes y niños que correteaban por estos parajes en sus incursiones y paseos tradicionales, en ruta hacia otros escenarios más frescos, o como vegetación protectora de pequeños cursos de agua o tapones como el de La Viuda ya desaparecido, o la más lejana laguna de El Piso, en la ruta a Villa Lola,  y era también abundante en las inmediaciones del desaparecido Hipódromo Las Guarataras, donde formaba bosques de espinares que separaban este espacio recreativo de la zona de Banco Obrero. Es abundante todavía el cují en los bosques bajos de la zona de El Candado al este de la ciudad, y en toda la franja de sabana y matorrales de San Lorenzo, La Laja, La Victoria, zona alta de Carlos Enrique Alvarez, en la ruta El Guamito Los Coloraditos Complejo Ferial y en los lomerios de Monserrat,  Aunque de breve sombra un buen cují sin las ramas tan caídas o cercanas al suelo, hasta era utilizado para el descanso reparador, y evitar la inclemencia de los rayos del Sol, costumbre muy propia en otros tiempos, además de su utilidad para el amarre de los cuadrúpedos como caballos, burros y otros animales domésticos.
Muchas historias se tejieron en esos tiempos idos en torno a un tradicional cují o a cujizales, que se prodigaban en la Upata de la ruralidad. Ahora en estos tiempos modernos otras especies de crecimiento rápido, algunas exóticas y otras con mayor abundancia de sombra o frutos comestibles, o de copa más extendida, han sido preferidas en el ornato urbano. No obstante sería deseable que más allá de su crecimiento natural, espontáneo en la periferia de la ciudad, el cují pueda ser también incorporado como árbol ornamental representantivo de nuestro clima caliente y fresco del Valle del Yocoima y sus alrededores.  

 
POEMA AL CUJÍ

Habitante emblemático de Upata
Que dormitas en las arenosas sabanas
Y en las zonas pedregosas, allí acicalas la quietud del viento, en
espera de un día soleado.

Arbusto, pequeño árbol
Que atalayas horizontes insomnes
Prodigas tu pequeña
Pero reconfortante sombra,
Con tus indivisas espinas;
Las bestias abrevan de sombra
El sopor térmico que las sofoca.

Por esos caminos de agobiante calor
Eres aliado, refugio para un descanso reparador:
Cuántos cuerpos curtidos cobijas Cují.
Ofrendas la poca, pero reconfortante, sombra que otorgas
Generoso ser vegetal
Que tu nombre se eternice
En la presencia y no la ausencia,
Como eterno agradecimiento
de aquellos que cobijaste
Bajo tus pies, y de los ecosistemas degradados
Que redimieron su esperanza en ti:
Cuanto compartes  cují compinche
Abrevador de caminos
 
Autor Daniel Ruiz Correa

Árbol de Copey

Frutos de copey, en en ejemplar de mediano porte en el cerro El Toro de Upata.
Este copey de ramas y follaje extendido, aunque no frondoso, es típico de las sabanas pedregosas del cerro El Toro de Upata, tanto en sus colinas bajas como en los lomeríos más  elevados de este relieve principal localizado al este de la ciudad. 
Un árbol de notable belleza, asociado por tradición e historia a nuestra Venezuela tropical es el copey, una especie autóctona que crece y se reproduce sobre todo en los bosques serranos o montañosos de la Cordillera de la Costa y con particular intensidad en la isla de Margarita, donde despliega su belleza y majestuosidad, en las pendientes verdes del cerro más elevado de este territorio, que constituye una zona protegida. El Parque Nacional.  Cerro El Copey, constituye la principal reserva de agua dulce de la isla, su cima principal se eleva casi hasta los 1000 metros sobre el nivel del mar, por lo que es visible su perfil desde decenas de kilómetros a la redonda,  incluso desde la Tierra Firme del estado Sucre. Importante también esta Área Bajo de Régimen de Administración Especial ABRAE por la particularidad de las especies vegestales y animales que allí tienen su asiento, entre otras el cotorro margariteño y el venado de pequeño porte que allí tienen su espacio de vida. 
Al copey se le conoce científicamente como Clusia rosae o Clusia major, nativo de América Tropical, presenta también raíces aéreas en algunas de sus ramas principales, posee hojas anchas, de un verde intenso, y flores blancas no tan llamativas, alcanzando una altura media en condiciones no tan favorables pero desplegando toda su magnitud potencial en los bosques húmedos donde se desarrolla favorablemente. 
En Upata el copey no están presentes en su flora urbana, ya que los pocos que alguna vez fueron plantados o fueron talados o murieron naturalmente.  no obstante en las colinas y laderas del cerro El Toro, y las lomas adyacentes a este macizo o relieve al norte y este de Upata, sí hemos podido localizar, sobre todo en terrenos quebrados, o sobre promontorios de rocas y lajas algunos ejemplares de copey, que forman parte fundamental de esos ecosistemas, eso sí se trata de árboles de mediano a pequeño porte, que para mediados de año despliegan su hermosa flor color crema de tamaño apreciable y aisladas en cada rama. A finales de año se dejar ver los frutos redondeados de este árbol, cuan adornos, allí permanecen largo tiempo.  
Copey altamente apreciado por los defensores de la naturaleza fue el que estaba ubicado en la cuadra de la Alcaldía de la ciudad hermana de Guasipati, donde mostraba un frondoso aspecto, y le daba a los caminantes y los que ejercían actividad informal excelente sombra, pero como siempre el progreso se impuso, y desde hace una década fue extirpado de raíz, y de él solo queda una fotografía que logramos tomarle cuando aún no había sido víctima del hacha y la motosierra. 
Hojas ovaladas del copey, al lado los frutos de esta especie del género Clusia, que crece silvestre en las colinas y matorrales sobre sustrato rocoso del este de Upata. 


Este Copey en Guasipati fue arrasado por el "progreso"