jueves, 31 de marzo de 2016

Marzo Entre Niño Arboles y Aves



Marzo mes de sequía extrema, en este 2016 hasta su última semana resecó la tierra y tendió insolación y vientos duros repletos de polvo sobre la tierra sedienta de Guayana. Ya van 3 meses casi 5, o quizás 7 meses sin lluvias moderadas o fuertes, las cuales apenas si se dejaron caer con fuerza en julio del 2015 y en solitarios días de agosto y noviembre.  Del resto del tiempo sólo leves lloviznas fugaces en tiempo y densidad, con gotas que parecían más bien leves susurros húmedos, imperceptibles casi. Incapaces de mojar suelos y reanudar aunque sea por minutos pocos las corrientes superficiales de nuestros paisajes, que resecos clamaban y claman aún por un poco del líquido de la vida.
Es el Niño en toda su furia el que se ha desatado hasta dejar los campos convertidos en eriales, el ganado macilento, buscando desesperado el agua que se escondió debajo de los tapones, y las quebradas polvorientas, desnudas sus piedras de la humedad que las engalanan,  repletos sí de hojas grises o marrones y de palos de árboles sumisos ante la vorágine de este ardor tropical, que convirtió a esos cauces casi todos en barriales insalubres o secos arenales. Uno que otro privilegiado dueño de hato o finca disfrutando su provisión de agua lagunera, o su aljibe salvador. 
Impactos de la sequía
En Upata y sus alrededores las cosechas, las siembras lucen resentidas, sobre todo las que necesitan de una provisión sino copiosa por lo menos permanente de agua. Días de Sol. Días de cielo azul intenso. Nubes que se han dedicado solo a pasear su carga mínima de humedad, en una danza lenta, copos tímidos de algodón cúmulos de adorno, o estratos finos que se esparcen en la atmósfera para dar paso al azul del día o al cielo estrellado nocturno, tan insuficiente su carga, insaturados de agua, se quedan allá arriba convertidas en figuras sólo para la imaginación desbordada de niños y adultos. 
Este es el mes de marzo más seco de cuántos recordemos, no tanto porque no ha llovido, sino porque es la cumbre temporal de una sequía que se ha extendido y se ha hecho poderosa, por cuanto es la continuación de una temporada húmeda que apenas fue húmeda, donde la lluvia además de esporádica no tuvo la intensidad que suele tener en estas tierras norteñas de Guayana.
Mientras tanto las quemas sembrando el aire de vapores tóxicos y dióxido de carbono, es el ciclo de los incendios forestales, que ahora con el añadido del calor y los vientos fuertes de marzo, se nos antojan más severos, pero a pesar de todo el verde no desaparece, porque en este clima severo de las sabanas alternadas con los bosques deciduos, caducífolios, tropófilos, el verde nunca se ausenta, ante la habilidad de ciertas especies arbóreas, arbustivas y herbáceas para resistir la ausencia casi absoluta de humedad a ras y en el subsuelo. 
Frutos de Marzo
El mango Manguifera indica, siempre verde como pocos, regalando flores, sombra copiosa y su cosecha frutal abundante, emocionado con este calor de espanto, dulcito como pocos. Icacos, pequeño fruto menor, también en floración o carga, verde y humilde, listo para la cosecha, las lechozas o papayas si tienen la suerte del riego oportuno listas para darnos esa fresca y dulce pulpa. La Ciruela de huesito, Spondia con su fruto ya mediano en lo pequeño, alistando sus azucares para la cosecha de abril. Y como siempre destacando en los patios y conucos el quinchoncho o chícharo Cajajunes caján, un prodigio que nos regaló Asia o Africa, con su carga proteica exuberante en sus semillas tiernas o secas, y con su extraordinaria capacidad para fijar el nitrógeno en los suelos, excelente aunque cara alternativa culinaria, muy vinculada a nuestras tradiciones gastronómicas.
Flores en bosque seco
Si nos adentramos en los bosques secos y de hojas caducas el espectáculo es sobrecogedor. Predominan los tonos grises y marrón claro. Miles de árboles y arbustos desprovistos de sus hojas, nos indican que el verano la sequía es implacable. No obstante en el trópico no todo es uniforme, pues a pesar de esta aparente sencillez la variedad biológica nos regala algunas sorpresas. 
El jebito o jebe, familia del mahomo, pequeñito, casi imperceptible por su humilde porte de arbusto menor, irradia vida con sus floración blanquecina, alternada, no abundante, pero en contraste perfecto, con su forma compleja, evidencia de que la vida bulle en su interior. 
El Indio Desnudo, enorme árbol de estos bosques, carente de sus hojas, muestra su carga frutal sin pudor, como metras marones que se multiplican por todos sus ramajes. Ya el cañafistola llanero regó su suelo circundante con el naranja amarillento de sus flores, que brotaron desde febrero. 
El Roble Platysmicium Pinnatu en este trimestre de sequía extrema hizo la tarea, primero desplegó su semillas golgantes en su vaina irregular, luego desplegó el amarillo intenso de sus flores enanas y ahora cambia en plena sequía al verde intenso de su copa repleta de hojas, que le acompañará en la temporada lluviosa por venir. 
En Upata este año los caobos Swietenia macrophylla , los cedros Cedrela odorata, mostraron en marzo sus florecillas, que dieron paso a sus bellotas, grande la de la caoba, que se abre con su corteza marrón intensa y dura para dar paso a sus aladas semillas que se riegan prodigiosas, y el fruto del cedro, ovalado y pequeño como un mamón alargado, todavía en exhibición que se  niega a caer de su árbol que le da sustento. Flor tímida amarilla y redondita, pequeña y casi imperceptible la del cují, que también se muestra en este marzo, en la periferia de la villa del Yocoima. 
El dividive con su sombra copiosa, sus hojas miles aferradas a sus ramas retorcidas, fiel habitante de estos parajes, ya nos regaló sus vainas redondeadas, que se secaron y cayeron  en los primeros meses del año. También persiste este mes la floración del apamate Tabebuia rosea, en todo el ámbito urbano de la ciudad, como árbol más representativo de la flora citadina, con sus tonos rosados, o morados suaves o blanco algunos pocos. 
El araguaney Tabebuia Chrysantha desde finales de enero comenzó a mostrar por el brevísimo tiempo de tres o cuatro días el amarillo impresionante de sus flores, desprovistos de hojas por pocos días es uno de los protagonistas vegetales de este verano upatense. El Guázimo con sus famosas pepas que se tiñen de un marrón oscuro, soportando estoicamente la severidad de la sequía, muchas de sus hojas y ramas carbonizadas por tanto incendio o bien verdes si han tenido la suerte de permanecer al abrigo de un cuidado patio.
El caro caro otro árbol imponente exhibe ahora en marzo su fronda con un verde intenso, ya sin frutos que cuidar, muy apetecidos por cierto por el ganado de nuestros campos. El masaguaro samanea guachapele, o samán masaguaro, hizo los deberes, comenzando el año sus hojas se tornaron amarillas y semejaron a lo lejos flores, luego las desprendió y ahora luce un verde intenso al retornar sus hojas a sus ramas, formando una copa con muy buena sombra.
Aves al tiempo
Y las aves ellas también reclaman su espacio en este recuente, que podemos decir, que el cristofué bullanguero con su canto de voz acusadora, dominante y altivo, el pecho amarillo su primo en pareja haciendo sentir su presencia, azulejos con su trino, los inquietos canarios de tejados, las reinitas escasas se dejan ver de vez en cuando, la paloma turca, las potocas, las perdices o colines, el paují alborotados, las golondrinas ausentes, lejanas en las zonas australes preparando su retorno para la temporada de lluvia, las paraulatas llaneras en lo suyo su hermosísimo y variado canto, por San Lorenzo avistamos por vez primera un tilingo o piapoco, familia de los tucanes, pero con un pico menos exuberante, en pareja y con su canto tan extraño. 
El carpintero jabado, por su parte, siempre alerta y en trabajo de golpeteo incesante en los duros troncos, buscando comida y cobijo. Los pericos no se han visto tanto como en otros años, al igual que los loros sabaneros, los alcaravanes distantes de la ciudad y su periferia, el teuteu de su canto nos hace falta por el Este, quizás por la falta de agua y la sequedad de los tapones han huido a zonas más húmedas. Cucaracheros chochines aves chiquitas trogloditas solitarias tampoco se muestran, escondidos quién sabe dónde. Los negrísimos y agresivos toldos, negro luis, angoletas, o mirlos, habitantes bullangueros con su chui chui no se quejan jamás ni de verano ni de lluvias, adaptable se pasea entre calles y carros sin miedo alguno a los humanos, tomando agua estancada sin importarle si está o no contaminada. El crotofaga mayor o garrapatero en la sabana seca, con su vuelo misterioso, como sigiloso viento que cortan el viento, en grupo se reúnen y dejan escuchar sus cantos poco melodiosos, chillidos más bien. El pespes, ave amarillenta con su manchón negro, de mediano porte, con su canto chillón y breve pero con sus colorido atrayente, sigue paseándose con cierto cuidado entre la floresta, temeroso siempre de humanos y otros bichos indeseables.
Y la humedad distante vuelve lentamente a fin de mes
Este es marzo el del Niño del 2016. Un marzo que desde hace días, desde el 29 comenzó a sentirse como más húmedo, pasada la Semana Santa llegaron algunas nubes, y nos comenzó a regalar algunas lluvias extrañas finas esperadas esperanzadoras preludio quizás de que este Niño está cansado y que las precipitaciones están cerca, y que abril dará paso a la alegría de las aguas que caen del cielo. Extrañas lluvias provenientes no del Atlántico que aún está moderadamente frío, sino del lejano Pacífico, que entraron por la costa colombiana del Cauca o Nariño, se remolinaron por las tres columnas de los Andes de la Nueva Granada, se abrieron al horizonte del llano y la Amazonia Oriental y desplegaron su tímida carga de humedad en esta Guayana reseca que clama por la lluvia que todo lo revive. Ojalá y así sea….

sábado, 12 de marzo de 2016

Palma Carata Patrimonio Vegetal de la Upata Vieja

Al Norte de  Upata la carata "Sabal Trithrinax mauriteaeformis"  es una especie poco frecuente en sus bosques hùmedos y tropófilos, no obstante todavía un sector de esta zona rural localizado a 4 kilómetros del centro de la ciudad  es conocido como La Carata.
Pequeño ejemplar de palma carata en un fundo cercano a Buen Retiro y Montaña de Lino al oeste de Upata.
 La Palma Carata, es otra especie que tuvo amplia utilidad en la Upata de los tiempos idos, ya que las viejas casas de la gente pobre, y depósitos de los fundos, conucos, hatos, además de sus paredes de bahareque, tenían un techo precisamente estructurado con las anchas hojas de esta planta, en otros tiempos muy abundante en los bosques húmedos y subhúmedos que rodeaban el valle, hacia el Norte y el Oeste. Precisamente por ser una especie cuyo hábitat es la selva tropical, está ausente en la zona urbana de Upata.

Por su otrora relativa abundancia de Carata, un conocido sector rural de la ciudad, de clima fresco, húmedo y boscoso, localizado a 4 kilómetros de la Plaza Bolívar de Upata, fue bautizado con este nombre con sabor a pueblo y ruralidad. Igualmente a esta palma se le conseguía en terrenos húmedos o bajíos de los bosques de Sabaneta, Montaña de Lino, Retumbo, El Pao, La Grulla, Monteralo, y algunas zonas de El Buey, donde áun hoy se pueden observar ejemplares aislados. 



A la derecha imágenes de la palma carata del blog Palmas Cultivadas de Venezuela 

LA CARATA VISTA POR LOS EXPERTOS 
Según Lisandro Alvarado la carata es la Sabal Trithrinax mauritiaeformis. Esta palma se distribuye principalmente en las selvas de Guayana, Zulia, Yaracuy además del Llano Bajo. Alfredo Jahn en su Monografía Botánica Las Palmas en la Flora Venezolana nos dice que esta planta "crece en las selvas de tierra caliente, en toda la región de nuestra Guayana, en el Yaracuy y en el Zulia, en el Orinoco se conoce por el nombre de Carata, voz indígena que, según Ernst, se deriva del guaraní Cará (encorvado, circular, redondo) aludiendo a la forma circular de la hoja, el viajero Appun la observó en Puerto Cabello y el Yaracuy, donde la llaman «Palma redonda, la Trithrinax mauriticeformis de Karsten (Naturleben p. I05) y la Sabal glaucescens de Lodd. corresponden probablemente a esta misma especie". 
EL TECHO DE CARATA 
Sus enormes hojas, casi redondas, adecuadamente instaladas una vez secas,  se aprovechan para el techado de casas en las zonas rurales, eran ideales para protegerse de las inclemencias del tiempo. Lamentablemente por sus características como preservantes de la humedad, polvo, material orgánico,  permitían la multiplicación de insectos y animales dañinos, entre otros el peligroso chipo, ello provocó que de manera progresiva se abandonara como techo de las viviendas familiares, que después de la segunda mitad del siglo XX fueron sustituidos por láminas de cinc o tejas. 
Quedan sin embargo como elemento fundamental para la construcción de los techos de las churuatas, bohíos o caneyes, que siguen siendo ampliamente utilizados en centros sociales, clubes y restaurantes típicos, sobre todo en las zonas rurales de Upata.
La Carata tiene un tronco que en promedio mide 35 centímetros de diámetros, se estructura en anillos, desnudo de hojas, y se eleva hasta los 25 metros. 
La poca carata que se comercializa en Upata se hace mediante contrato directo con proveedores que compran este material vegetal a productores rurales y extractores expertos que la obtienen en los bosques de  San Francisco, La Paragua, el bajo Imataca, río Aro y algunos sectores del Caura, en muchas ocasiones se trata de especies semejantes de palma, que cumplen igual función constructiva.

viernes, 11 de marzo de 2016

Camoruco Árbol de Panamá Su Imponente Porte ha sido diezmado en la Upata urbana y rural


Camoruco en calle 14 de Febrero con av Humbolt de Upata
El Camoruco es una especie del trópico muy abundante al Norte del Orinoco, sobre todo en los valles de la Cordillera de la Costa, que ocasionalmente fue plantado en Upata, y del cual quedan muy pocos ejemplares en nuestra ciudad. Había uno famoso en el Obelisco, frente a Residencias Yocoima, que fue cortado por supuesta enfermedad, y otro enorme, con una copa tipo paragua de más de 15 metros de ancho en la vía a La Carata a un costado de los terrenos de la Escuela Granja, que también pereció aserrado. Ofrecía este último copiosa sombra y era admirado por su copa y frondosidad. 
POEMA AL CAMORUCO
Camoruco !el último de los mohicanos! 
Tu longevidad se reduce
Al tiempo breve de una motosierra
Será que la gente se olvida
De la sombra que prodigas
En esas horas que se antojan
Cálidas y agobiantes, al fragor de un día soleado.
Yo conocí a tu amigo
El grande y hermoso
Camoruco en la vía de Alaska,
Imponente celador de las horas buenas
Un buen día
Lo encontré vencido
Roleado bajo los inclementes
Dientes de una motosierra.
Algo en
Se fue con él
Pero aún subyace su recuerdo
Parafraseando a Andres Eloy Blanco, podría decir:
Cuando muere un árbol
Mueren todos los árboles del mundo”.
Por eso mientras pueda
Vendré a llenar mis ojos
Con la magestuosidad
De tu fuste, porque
Que un día de estos
La ingratitud signará
Tus horas de ausencia
Daniel Ruiz Correa
DISTRIBUCIÓN DESCRIPCIÓN DEL CAMORUCO
Este imponente árbol, que en condiciones ideales crece tanto como una Ceiba, tiene como nombre cientìfico Sterculia apetala es una especie oriunda de América Central y norte de Sudamérica, de tronco recto ramificado a gran altura. Se encuentra ampliamente distribuido desde México hasta Venezuela, Colombia e inclusive en las Antillas. 
En Venezuela se encuentra en todas las tierras bajas, especialmente en los estados de Aragua y Carabobo, donde llega a alturas gigantescas. Es el árbol nacional de la República de Panamá, donde se le conoce como árbol Panamá. 
Se reproduce por semilla. Durante el período de crecimiento requiere de sombra para su desarrollo. 
Es un árbol exigente en cuanto a suelos, sus raíces son profundas y tiene vida larga. 
El tronco es recto y desarrolla a menudo, sobre todo cuando es de gran tamaño, unos contrafuertes que le sirven del apoyo y soporte necesarios por su corpulencia, ya que llega a medir unos 50 m. 
Es el árbol emblemático del Estado Carabobo. 
Sus hojas son acorazonadas y cuando son jóvenes presentan la cara inferior tomentosa. Las flores son moradas y poco vistosas. El fruto está compuesto de 4 o 5 folículos péndulos, dehiscente con 2 a 4 semillas aladas de color marrón.
MUY ESCASA SU PRESENCIA EN UPATA
Difícilmente es observable en Upata y su zona rural cercana, ya que no fue plantado con la frecuencia de otras especies, además es un árbol de lente crecimiento y muy longevo, que además requiere amplio espacio para su desarrollo ideal. Apenas podemos visualizar un ejemplar de mediano porte, posiblemente joven, pero sin mucha amplitud en su copa, en la calle 14 de Febrero cerca de la avenida Humbolt, frente a la casa donde funciona la Fundación Amor en Acción. Este árbol debería ser preservado como patrimonio vegetal o botánico de Upata. Afortunadamente ha resistido en pie, a pesar de estar localizado en una franja de terreno frontal muy reducida para su crecimiento, prácticamente aplastado entre las paredes laterales de dos viviendas. 

Limpia Tubo "Callistemon sp" otra especie australiana adaptada al trópico upatense

Ejemplar de Cepillo o Limpia Tubo en la urb Manuel Piar de Upata
Callistemon SP o Limpia Tubo es un arbusto o árbol de pequeño porte exótico de reciente introducción en Upata, ha sido sembrado principalmente en algunas avenidas como la Principal de Coviaguard y en la Rómulo Gallegos sector Las Guarataras. Es una especie originaria de Australia que ha logrado adaptase muy bien en nuestro valle tropical, tanto en islas de avenidas donde crece como un pequeño arbusto, como en espacios más abiertos donde incluso puede desarrollarse como un árbol frondoso, aunque con una altura máxima nunca superior a los 4 metros.
Poema "caligrama" al Callistemon del poeta Daniel Ruiz.
DE RECIENTE INTRODUCCIÓN EN UPATA
Esta planta tiene flores rojizas agrupadas de forma cilíndrica, de allí su nombre común “limpia tubo” como también se le conoce popularmente. Sin embargo, no es muy reconocido en la ciudad, y  muy pocas personas logran identificarlo, tampoco se le asocia con un uso en particular sino que se planta como una especie decorativa, vistosa cuando está en flor, debido a la particular agrupación de sus ramilletes florales. Tiene una copa baja y abundante en hojas alargadas pero finas agrupadas en racimos.
Es una especie recientemente introducida en Upata, que se comenzó a plantar con más frecuencia sobre todo en lo que va de siglo XXI, y que apenas se conocía antes de la primera década del 2000. Además de los ejemplares plantados en avenidas, también  podemos observar un ejemplar de Callistemon SP en la III Etapa del urbanismo Manuel Carlos Piar al este de la ciudad, en una casa de familia, otros limpia tubos se pueden contemplar en las áreas verdes del Parque Bicentenario, en la zona contigua al Gimnasio a Cielo Abierto.
DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE
El Callistemon o calistemo es un genero de árboles y arbustos de la familia Myrtaceae muy común esta familia en Australia, que se llama igualmente Cepillo en Venezuela, comprende decenas especies con flores que van desde el rosado intenso, rojo, hasta blancas,  endémicas de Australia y que se han expandido al igual que el eucaliptus al resto del mundo, por su adaptabilidad a diferentemente ambientes tropicales y subtropicales. La palabra "Casllistemon" proviene del griego. "Kalli" significa hermoso y "Stemon" significa estambres, haciendo referencia a sus espectaculares inflorescencias.
Estos árboles o arbustos son perennifolios, es decir de hojas permanentes, presentan hojas alternas lanceoladas, y lo más llamativo son sus inflorescencias terminales en espigas densa con 5 sépalos y 5 pétalos, con numerosos estambres, cuyas flores varían de acuerdo a las especies, la más conocidas son Callestemon citrinus, C speciosus y salignus, floración de marzo a julio, frutos pequeños en cápsulas dehiscentes con forma de cúpula leñosas, con numerosas semillas diminutas.  

miércoles, 2 de marzo de 2016

En Upata sus zonas boscosas también crece el Cacao Alimento de los Dioses

Arbusto de Cacao en el Fundo San Marcos en Upata, mostrado por el portador de la cultura y agroproductor Obdulio González
El cacao es un arbusto de gran valor económico, vinculado con nuestro devenir histórico durante la época colonial y la republicana, ya que fue la base económica de las clases sociales pudientes propietarias de la tierra en las zonas más pobladas del territorio venezolano, y porque igualmente por su calidad y producción fue uno de los principales rubros de exportación del país durante los siglos XVIII, XIX y gran parte del siglo XX, conjuntamente con el café. Por ello hay que fomentar entre los jóvenes y niños de la zona de Upata el conocimiento, el contacto con esta noble planta, que si bien no forma parte fundamental de nuestros cultivos tradicionales en las zonas cálidas de Guayana, no es extraño sin embargo verlo en plena producción en algunas sectores campesinos y boscosos del estado Bolívar. Por ello lo incluimos en este segmento de los árboles y arbustos de Upata.  
POEMA AL CACAO CALIGRAMA, AUTOR DANIEL RUIZ CORREA
Joven planta de cacao, la planta fructifica a los 4 años
Cacao voz de nahua México
Wikipedia resume que el cacao "Theobroma cacao L. es el nombre científico que recibe el árbol del cacao o cacaotero, planta de hoja perenne de la familia Malvaceae. Theobroma significa en griego «alimento de los dioses»; y cacao deriva del nahua cacáhua".
Se trata sin duda de un arbusto de gran valor económico, ya que de su fruto se obtiene el chocolate, igualmente tiene aplicaciones, propiedades medicinales y hasta cosméticas.
El cacao está asociado a la evolución socioproductiva de Venezuela, muy abundante en los estados Miranda, base productiva de la región de Barlovento, y en los estado Sucre y Delta Amacuro, en el Oriente y Sur del país. 
El cacao en Guayana
En Guayana desde el siglo pasado ha sido cultivado y cosechado sus frutos en las faldas montañosas y valles arbolados del noreste del estado Bolívar, en las regiones de Piacoa, Imataca, Upata, El Palmar y  El Buey.  

martes, 1 de marzo de 2016

En enero febrero de sequía extrema en Upata nunca aparecieron las Iguaneras

En Upata arrecia el Niño, ya llevamos dos meses de sequía extrema, prácticamente sin lluvias, salvo minúsculas garúas matutinas...En el 2016 sólo han caído 3 mm de lluvia. Esto es igual a una llovizna muy débil de sólo 3 minutos en 60 días.



Paisaje en el valle interior del Cerro El Toro, en plena sequía del 2016 TAGS:undefined
Valle interior del Cerro El Toro, en febrero del 2016
Temperaturas muy elevadas para esta época del año, han caracterizado a Upata. Con mínimas promedios de 22 a 21 grados, cuando lo normal es que se ubiquen las primeras tres semanas de enero entre 19 y 20 grados. También hemos tenido tardes con calores extremos, con temperaturas que han escalado hasta los 32 grados, es decir casi 3 grados más que lo habitual. Y enero que suele ser un mes de lloviznas, nublado, se nos ha mostrado además de seco, completamente despojado de nubes, día y noche. Así fue hasta el 26 de enero, cuando por fin, el valle se cubrió de blanco triste, y dejó caer una garúa tan finita como breve, que apenas mojó una conchita de suelo, muy poca humedad para una vegetación que ya comienza a agotar sus reservas y se muestra afectada por esta intensa insolación casi permenante.
Febrero sigue la tendencia, hasta el 12 de este segundo mes del año, en Upata las lluvias siguen siendo recuerdos o ligerísimas garúas que apenas rocían la tierra, es decir no es hemos tenido iguaneras, los árboles incluso los más resistentes comienzan a mostrar signos de stress hídrico, y la insolación, las altas temperaturas, ya llegando a los 33 grados máximos, medias que se acercan a los 26 grados, y mínimas de hasta 23 grados, son los registros comunes en estas dos primeras semanas de febrero
Vista del Cerro El Toro TAGS:undefined
Ladera del Cerro El Toro, vista desde la serranía de Guacarapo
Los cerros las colinas sabanas y bosques caducifolios de Upata ya cambiaron el ropaje de verde a marrón grisaceo, comenzaron las quemas incesantes, y los tapones en la ruralidad de la periferia urbana, así como las quebradas se muestran desprovistos casi del agua que es vida. Todo la normalidad de un comienzo de verano alterada o recrudecida por ese Fenómeno del Niño que desde el año pasado, en plena temporada de lluvias, dejó sentir su influencia sobre todo el país, y con particular fuerza en la Guayana venezolana.